Uruguay se consolidó en este 2025 como el país con mayor adopción de vehículos eléctricos de Sudamérica, con un crecimiento que duplica el de los otros mercados regionales; en el país dominan las marcas estadounidenses, europeas y japonesas.

Según datos de la Asociación del Comercio Automotor (ACAU), los vehículos eléctricos a batería representaron la cuarta parte de todas las ventas de autos y utilitarios deportivos nuevos hasta octubre, lo que supone un salto grande respecto al 2024. Este avance se explica por exoneraciones de impuestos, un arancel cero del 23%, la eliminación del IMESI para vehículos eléctricos y el precio de la gasolina, que ronda los US$ 7,40 por galón.

El fenómeno tiene un claro protagonista, que es la marca china BYD, cuyos modelos se multiplican en Montevideo y en Punta del Este. En este 2025, el 90% de los 11.000 vehículos eléctricos vendidos pertenecieron a marcas chinas como BYD, JAC y Omoda.

Según la consultora BloombergNEF, este caso en Uruguay se convirtió en un modelo posible de repetir en países pequeños sin industria automotriz eléctrica. El jefe de investigación de la consultora para América Latina, Rafael Rabioglio, destacó el rol de los fabricantes asiáticos: “Si no fuera por los chinos, no estoy seguro de que hubiéramos visto esta transición recientemente en América Latina”, afirmó.

Este crecimiento en la compra de autos eléctricos se debe a que también los usuarios eligen la movilidad eléctrica por ahorro.

María Clara Solé, quien vive en Montevideo, recorre 60 kilómetros diarios entre trabajo y sus actividades familiares. Tras comprar un BYD  modelo Yuan Pro por US$ 31.000, asegura ahorrar hasta US$ 400 por mes cargando el vehículo en su casa.