El 31,7% de los vehículos fabricados en España durante el primer semestre del año fueron híbridos -la gran mayoría, no enchufables, con un 26,6% del total-, y su cuota de fabricación supera ya a la de los diésel, que alcanzaron sus niveles más bajos de los últimos años.
En un contexto marcado por la descarbonización de la movilidad y las exigencias de la Unión Europea (UE) a los fabricantes automovilísticos para que transformen sus líneas de producción, también cayó la fabricación de vehículos de gasolina, un 34% hasta junio, a 493.613 unidades, frente a las 746.000 del mismo periodo de 2024, según datos de la patronal española Anfac.
La bajada es similar si se comparan los registros del conjunto de 2024 con los de 2019, último ejercicio prepandemia. El derrumbe de la producción de los automóviles diésel es todavía mayor: mientras que en 2019 rozaban el millón de vehículos (998.660, el 35,4% del total anual), en 2024 la cifra se redujo casi a la mitad (524.363).
Esta evolución condujo a que la cuota de los diésel sobre el total producido retrocediera hasta el 22,1% a cierre del pasado ejercicio, con los híbridos no enchufables a muy poca distancia (19,6%). Entre enero y junio de este año, los diésel han supuesto el 21,5 % de la producción total de vehículos, por debajo del 31,7% de la suma de híbridos.
Los números en España ofrecen una imagen representativa de la situación actual del sector, no en vano es el segundo mayor fabricante de vehículos a nivel europeo y está entre los diez primeros del mundo. Los descensos de la fabricación de vehículos de gasolina y de gasóleo se pueden explicar, en parte, por los cambios en las normativas que buscan reducir las emisiones de los automóviles.
En 2023, la Unión Europea (UE) aprobó definitivamente una iniciativa por la cual prohíbe, a partir de 2035, vender coches nuevos que emitan dióxido de carbono (CO2).