El fabricante estadounidense de vehículos eléctricos Tesla inauguró este martes su primera sala de exposición comercial en la India con un acto en Bombay, un hito largamente esperado tras años de acercamientos fallidos entre la empresa de Elon Musk y el Gobierno indio.

El evento, que tiene lugar en un exclusivo centro comercial de la capital financiera, el Bandra Kurla Complex (BKC), marca el primer paso físico de la compañía en el mercado indio, aunque por ahora sin confirmar una planta de producción local.

Tesla empezará vendiendo su modelo SUV Model Y, con entregas previstas a partir del tercer trimestre y un precio base de unos 70.000 dólares, según informó la empresa en su sitio web.

La apertura es el resultado de un prolongado tira y afloja con el Ejecutivo del primer ministro Narendra Modi y se interpreta como una victoria para su estrategia de incentivos a la industria del vehículo eléctrico.

El país, que produce cerca de cuatro millones de vehículos al año, impone uno de los aranceles de importación más altos del mundo, lo que encarece los eléctricos hasta un 100%.

A la inauguración acudieron figuras gubernamentales, entre ellas el jefe de Gobierno del estado de Maharashtra, Devendra Fadnavis, en medio de una visible presencia de seguridad frente al recinto, donde un Model Y cubierto con telas negras y grises asomaba tras el cristal.

Tesla lleva desde 2019 intentando establecerse en la India, pero los altos aranceles a la importación en coches de lujo y la negativa del Gobierno a rebajarlos sin un compromiso de producción local, dilataron el acuerdo. “Todavía estamos trabajando en muchos desafíos con el Gobierno”, dijo entonces Musk en un mensaje en X.

En 2022, varios estados ofrecieron públicamente terrenos e incentivos para albergar una eventual planta de Tesla, en un intento de atraer inversión, pero Musk insistió en probar primero el mercado con la venta directa de vehículos importados.

La visita del empresario, prevista para abril de 2023, fue pospuesta con el argumento de “una obligación muy importante de Tesla”, en plena campaña electoral india. El encuentro con Modi se esperaba como el marco para anunciar oficialmente la construcción de una fábrica.

En este contexto, el aterrizaje de Tesla en el que se estima como el país más poblado del mundo representa también un gesto simbólico frente a la política proteccionista “America First” impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump.

La India se ha fijado como meta que los vehículos eléctricos representen el 30% de las ventas de automóviles nuevos para 2030, frente al 4% actual. Entre los fabricantes locales, Tata Motors y Mahindra lideran por ahora el segmento de consumo masivo.

En comparación, el mismo modelo anunciado, uno de los más básicos de su línea, cuesta 44.990 dólares en Estados Unidos, 263.500 yuanes (unos 36.700 dólares) en China y 45.970 euros (53.700 dólares) en Alemania.