El Autódromo Hermanos Rodríguez recibe este fin de semana el Gran Premio de México en el marco de la vigésima prueba de las 24 que tendrá la temporada 2025 de Fórmula 1. Serán 71 vueltas en una pista de 4.304 kilómetros de longitud.
La pista, ubicada en Ciudad de México, presenta ciertas dificultades que los pilotos deberán tener en cuenta. Sobre todas las cosas, se caracteriza por ser el escenario de mayor altitud del calendario (con distancia respecto al resto).
En la capital mexicana, el aire tiene menos densidad, por lo que las propiedades aerodinámicas en las monoplazas pierden mucha importancia y además la refrigeración del auto es mucho más compleja.
Teniendo en cuenta esto, algunas escuderías apuestan a una configuración aerodinámica fuerte para afrontar dicha pista, aunque por otro lado el aire provoca que los frenos o la unidad de potencia tengan una temperatura fresca.
En esta pista, que es muy corta y cuenta con muchas curvas lentas, a los pilotos se les hace difícil rebasar puesto que las dos grandes rectas tienen una sola zona de detección de DRS, que prácticamente no tiene efecto debido a la poca densidad del aire.
Además, el poco abrasivo asfalto es otra de las facetas complicadas del escenario. Si bien se espera que -en condiciones normales- los pilotos solo hagan una parada en boxes, estos podrían desistir de la misma en caso de bandera amarilla o algún otro aspecto similar.