Ford anunció que pondrá fin a la producción del F-150 Lightning totalmente eléctrico como parte de un giro profundo en su estrategia de vehículos eléctricos. En su lugar, la compañía venderá una nueva versión denominada “vehículo eléctrico de rango extendido”, que incorpora un generador a combustión capaz de recargar la batería y ofrecer una autonomía superior a los 700 kilómetros.

La empresa no informó aún cuándo saldrá a la venta esta nueva versión del F-150 ni cuál será su precio, pero el cambio implica una reconfiguración de gran escala del negocio eléctrico de Ford. Según comunicó la compañía, el viraje tendrá un costo de US$ 19.500 millones, con un impacto fuerte en el cuarto trimestre de 2025, incluyendo una amortización de US$ 8.500 millones en activos vinculados a EV. Además, se prevé un cargo en efectivo de US$ 5.500 millones hasta 2027.

El replanteo también afecta a plantas industriales y trabajadores, y deja por el camino varios proyectos clave. Ford confirmó que canceló el desarrollo de su pick-up eléctrica de nueva generación, conocida internamente como T3, que estaba pensada como un diseño completamente nuevo y no como una adaptación de un modelo a combustión. También abandonó los planes para una nueva van comercial eléctrica, aunque mantendrá en producción la E-Transit actual.

Ford ya no planea producir algunos vehículos eléctricos grandes donde el caso de negocio se ha deteriorado debido a una demanda menor a la esperada, altos costos y cambios regulatorios”, explicó la empresa en un comunicado oficial.

Pese a este retroceso, Ford aseguró que mantiene su apuesta por una pick-up eléctrica mediana, cuyo lanzamiento está previsto para 2027. Ese modelo se apoyará en una nueva plataforma desarrollada por un equipo interno liderado por exejecutivos de Tesla, y también servirá como base para otros vehículos futuros. La compañía afirmó además que sigue en camino para producir baterías LFP más baratas en 2026, en su planta de Michigan, con tecnología licenciada de la empresa china CATL.

Durante una llamada con periodistas, el presidente de Ford, Andrew Frick, sostuvo que la decisión apunta a redirigir recursos hacia áreas con mayor retorno. “En lugar de gastar miles de millones adicionales en grandes EV que ya no tienen un camino hacia la rentabilidad, estamos reasignando ese dinero a híbridos, eléctricos de rango extendido, EV más accesibles y nuevas oportunidades como almacenamiento de energía”, señaló.

El F-150 Lightning fue presentado en 2021 como uno de los buques insignia del plan de US$ 22.000 millones de Ford para electrificarse. Aunque se promocionó con un precio cercano a los US$ 40.000, ese valor solo estuvo disponible para flotas, y el modelo nunca logró despegar en el mercado estadounidense. En los últimos dos años, Ford vendió en promedio unas 7.000 unidades por trimestre, con un pico de casi 11.000 a fines de 2024.

El caso del Lightning refleja las dificultades crecientes del segmento de vehículos eléctricos grandes en Estados Unidos. A la guerra de precios iniciada por Tesla —que erosionó los márgenes de los fabricantes tradicionales— se sumó un cambio político tras la reelección de Donald Trump y el control republicano del Congreso, que derivó en la reversión de varias políticas de incentivo a los EV impulsadas durante la administración Biden.