En 1999, un hombre compró un Peugeot 106 con 70 kilómetros. Entre el tiempo que pasó desde que señó el vehículo y lo empezó a pagar, la mala suerte o el destino quisieron que falleciera.

Ante esto, desde el concesionario llamaron a la esposa del comprador para decirle que el auto estaba guardado, que era de la familia, por lo que alguien tenía que ir a levantarlo.

La mujer no quiso porque le recordaba a su marido, además de que tampoco sabía manejar. Ante esto, optó por enviar a alguien a que sacara el auto y lo llevara a un parking. Pasó el tiempo, y en 2013 ella también murió. 

Desde 1999, el auto se guardó en ese garaje y nadie más lo usó, lo abrió ni se subió a él siquiera.

Este martes, el rematador Ponce de León subastó el vehículo y se lo llevó un aficionado de los autos clásicos por $ 450.000. 

El auto es una reliquia en Uruguay, porque es el único que existe en el país con ese kilometraje. Además, con los años, el vehículo pasó a estar en la categoría de clásicos.