La Casa Blanca confirmó este martes un acuerdo entre la Administración de Donald Trump y fabricantes de automóviles en Estados Unidos para reducir el impacto de los aranceles impuestos a las importaciones de vehículos. Si bien se mantendrá el gravamen del 25 % sobre los autos importados, el pacto evitará que otros aranceles, como los del acero y el aluminio, se acumulen, mitigando así el sobrecosto que afectaba a la industria automotriz.
Según informó un funcionario de la Casa Blanca a NBC News, el objetivo es prevenir que los elevados impuestos a insumos básicos encarezcan aún más la producción, en un momento en el que Trump busca reforzar su política de "hecho en América" sin perjudicar a las principales compañías del sector.
La portavoz gubernamental, Karoline Leavitt, adelantó que Trump firmará hoy una orden ejecutiva que formalizará el acuerdo, aunque los detalles específicos aún no han sido difundidos. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, destacó que el pacto representa "una gran victoria" para la estrategia económica del mandatario, premiando a las firmas que invierten y producen en suelo estadounidense.
Contexto internacional y consecuencias económicas
La política arancelaria de Trump, reinstaurada con fuerza desde su regreso a la Casa Blanca en 2025, ha generado tensiones comerciales con grandes socios como Alemania, Japón, México y Canadá. Aunque piezas y componentes de México y Canadá están exentos de los nuevos gravámenes de forma temporal, persiste la incertidumbre sobre el futuro de estos acuerdos.
De acuerdo con cifras oficiales, en 2024 EE.UU. importó productos del sector automotriz por 475.000 millones de dólares, de los cuales aproximadamente la mitad correspondieron a vehículos terminados. Analistas señalan que los aranceles del 25 % podrían incrementar los precios de los automóviles en miles de dólares por unidad, afectando tanto a fabricantes como a consumidores.