Se cumplen 30 años del fallecimiento de Ayrton Senna, el tricampeón mundial de Fórmula Uno que hizo vestir de luto a todo Brasil con su prematura partida. Tenía apenas 34 años cuando perdió la vida por un accidente en el circuito de Imola, en el marco del Gran Premio de San Marino, tercero del Mundial de 1994.

En el Autódromo Enzo e Dino Ferrari, donde su carrera y su vida quedaron truncas en la temida curva Tamburello, hoy será homenajeado con un sencillo acto que se llevará a cabo a las 14:47 horas locales (9:47 de Uruguay).

Además, el histórico ídolo brasileño será recordado por el programa hilos, de DIRECTV, que se emitirá hoy a las 22 horas de Uruguay por el canal 700 de la cadena, y que dará cuenta de lo difícil que fue aquel fin de semana para todo el mundo motor.

El viernes 29, durante los ensayos libres, el también brasileño Rubens Barrichello sufrió un impactante accidente, aunque sin mayores consecuencias, en la chicana Variante Bassa. El sábado, en la clasificación, el austríaco Roland Ratzenberger, que tenía 33 años, perdió la vida por una fractura de la base del cráneo tras estrellarse en la curva Villeneuve a 330 kilómetros por hora.

Senna, quien siempre se mostró muy preocupado por la seguridad de sus colegas en las competiciones de Fórmula Uno, estaba devastado. Como ejemplo alcanza con recordar lo ocurrido en el Gran Premio de Bélgica de 1992, cuando detuvo su monoplaza, corriendo el riesgo de ser atropellado, para ayudar a Erik Comas, que acababa de sufrir un accidente.

El domingo 1º de mayo, en el séptimo giro de un gran premio que lo tuvo largando desde la pole position, estrelló su Williams contra un muro de contención a 220 kilómetros por hora. Por si fuera poco, la desprendida rueda delantera del monoplaza impactó en su cabeza. Sufrió graves heridas y fue trasladado en helicóptero a un hospital en Bologna, donde se confirmó la peor noticia: moría el ídolo y nacía el mito.

La idolatría de Senna, en presente, obedece no sólo a los éxitos que obtuvo en los distintos circuitos, sino también a su mentalidad ganadora. Nunca escondió su ambición: “El segundo es el primero de los perdedores. Esa historia de que ‘lo importante es competir’ es solo demagogia”, afirmaba quien además decía que “si en carrera lo tienes todo bajo control, es que no vas al límite”.

El campeón mundial de Fórmula Uno en 1988, 1990 y 1991 se marchó para siempre en el punto álgido de su carrera, una trayectoria marcada por sonrisas, bromas y un comportamiento amigable con sus pares, prensa y fanáticos, que se congregaban cada domingo frente a los televisores para vibrar con sus carreras y sus triunfos.

El día de su muerte, el impacto en Brasil fue histórico. El Gobierno declaró tres días de luto y su ataúd recorrió las calles de Sao Paulo sobre el techo de un auto de bomberos y miles de personas que se acercaron a despedirlo. Su idolatría a nivel deportivo fue de las más grandes que se recuerden en Brasil, donde probablemente solo lo haya superado Pelé en popularidad.

Senna corrió 161 grandes premios y logró 65 veces la pole position, además de conseguir 41 victorias y 80 podios. Se mantuvo 11 temporadas en la Fórmula Uno tras comenzar con fuerza en las escuderías Toleman y Lotus, que dieron paso a sus años de más éxito, en McLaren, durante los cuales su gran rival fue el francés Alain Prost, con quien se recuerdan duelos legendarios.