Uno de los mayores grupos industriales automotrices del mundo, apuesta a salir del planeta como parte de su plan de desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a los vehículos terrestres.
Tal es el objetivo propuesto y que recibe ahora un fuerte impulso tras la alianza de Toyota con la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) que le permitirá construir un vehículo lunar tripulado y presurizado, capaz de transitar sobre la superficie de nuestro satélite natural.
Además del desafío estructural para su construcción, Toyota deberá enfrentar el aspecto energético, componente fundamental para la eficacia del módulo que se preve lanzar al espacio en el 2029.
Según indican los propios directivos de la empresa, la base de este proyecto radica en el uso de celdas de combustible eficientes, que permitirían al vehículo recorrer más de 10.000 kilómetros a través de la superficie lunar. Se trata de una forma limpia de generación de energía, ya que emite solamente agua, y que podría recargarse a través de una placa desplegada por el propio vehículo, capaz de captar y generar energía a partir de los rayos solares.
Este tipo de tecnologías es parte del ambicioso proyecto de Toyota por lograr sistemas sostenibles y limpios para los automóviles que operen en la Tierra, según declaró el vicepresidente ejecutivo de la firma, Shigeki Terashi.
Señaló además que la compañía "cree que lograr una sociedad sostenible de movilidad en la Tierra implicará la coexistencia y el uso generalizado de vehículos electrificados, como los híbridos", precisando que "para la electrificación, las baterías de celdas de combustible representan una tecnología indispensable".
Las especificaciones conocidas hasta ahora del vehículo lunar móvil indican que tendría una longitud de seis metros y un ancho de 5,2 metros, algo así como el doble del tamaño de una van de Volkswagen.
El interior tendrá 13 metros cuadrados de espacio habitable, algo bastante generoso y suficiente para dos personas o cuatro, en caso de emergencia.
