Sin dudas, fue el mejor partido de nuestra selección en lo que va del Campeonato Mundial de Fútbol. Tanto por el resultado alcanzado y el buen nivel de juego del equipo celeste, como por el hecho de destronar al conjunto local que venía mostrando un gran potencial con importantes triunfos en las presentaciones anteriores.
La ciudad de Samara recibió amablemente a los hinchas celestes, presentes en buen número para alentar a nuestro combinado de fútbol. Ubicada al suroeste de Rusia, en el Distrito Federal del Volga, se fundó en 1586 como fortaleza de la guardia del Zar Fiódor, convirtiéndose rápidamente en un centro granelero para toda la región del famoso río.
Tiene una población cercana al millón docientos mil habitantes, y es un gran polo industrial con varias fábricas de renombre internacional instaladas en su periferia. Pero además se convirtió en un gran centro aeroespacial para Rusia, pues allí se fabricaron algunos vehículos espaciales de los proyectos Soyuz y Mólniya, por lo cual se constituyó en una ciudad cerrada durante los años de la guerra fría, según determinación del gobierno soviético de la época.
Pero también allí permanece la fábrica de automóviles Autovaz - Lada. Si bien hace poco tiempo se difundieron imágenes de una nueva generación de vehículos muy modernos desarrollados actualmente por la marca rusa, la relación de Lada con los uruguayos se remonta a las décadas de los 80 y 90, esencialmente con el robusto Lada Niva 4x4, que todavía hoy tiene unos cuantos ejemplares circulando por el país.
Pero también llegó al mercado otro modelo, que precisamente en honor a su ciudad natal, llevaba por nombre Samara. Fabricado desde 1984 y responsable por los mayores volúmenes de ventas para la marca, la última versión ingresada al mercado local fue la 1.6 con 81 CV, motor acoplado a una transmisión manual de 5 marchas, con carrocería de 5 puertas.
Samara además aloja uno de los grandes monumentos testigos de la Segunda Guerra Mundial. Llamado Bunker de Stalin o Bunker de Samara, fue construido con el objetivo de resistir un posible ataque ante el avance del ejército alemán sobre Moscú. En 1941 la plana mayor del gobierno ruso se refugió en ese lugar, salvo el propio Stalin que decidió permanecer más tiempo en la capital del país.
Se trata de una construcción subterránea, capaz de resistir hasta posibles ataques nucleares. Tiene una profundidad de 37 metros (la de Hitler medía 16 mts.) y en el primer nivel, fue blindada con una placa de cemento de 6 metros de espesor.
El gabinete de Stalin, réplica del que utilizaba en el Kremlin de Moscú, se encuentra en lo más profundo del refugio. Una gran mesa tipo directorio, prevista para las reuniones con la plana mayor del ejército, mantiene en una de sus cabeceras un mapa hecho a mano donde se muestran los movimientos de las tropas de Hitler.
El dato curioso es que ese sector de la estructura nunca se utilizó con el fin previsto, pues el ejército ruso logró contener y repeler la invasión fascista, tal como la llaman los rusos aún hoy en día, al borde mismo de Moscú.
Queda entonces como uno de los grandes monumentos que se conservan en Rusia, recuerdos de una época que quedó marcada a fuego en la historia universal moderna.
Y Samara, además del anciano automóvil, hará lo propio en la rica historia del fútbol uruguayo, cualquiera sea el resultado final en esta Copa del Mundo 2018.
Hasta luego.
Luis Piedra Cueva