Mercado

Igual pero distinto

Probamos el nuevo Chevrolet Cruze

Impresiones de Manejo: durante el lanzamiento ocurrido en Bariloche, probamos el nuevo Chevrolet Cruze y descubrimos las diferencias.

11.05.2016 12:30

Lectura: 7'

2016-05-11T12:30:00-03:00
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Tal como informamos en notas anteriores, GM Argentina eligió las bellezas naturales de San Carlos de Bariloche para realizar la presentación de este totalmente nuevo Chevrolet Cruze. Allí, periodistas especializados de varios países sudamericanos, incluidos los locales, participamos de la presentación formal y también pudimos probar el producto en una pintoresca travesía entre las bellezas naturales del lugar.

Estética

Aunque también nos referimos a los cambios principales que presenta el nuevo modelo, vale la pena repasar algunos aspectos. Esencialmente, se trata de un producto completamente diferente a su antecesor, pues entre otras cosas el Cruze inaugura una etapa radicalmente distinta en la concepción industrial de GM para la región, que indica hacia dónde se encamina el futuro de la marca.

Por eso son claras las diferencias a nivel de diseño, con unas líneas notoriamente deportivas sobre todo en la curvatura del techo, un frontal completamente renovado, y nuevas dimensiones, en general algo mayores que las de su hermano mayor.

Tecnología

Pero la apuesta de GM pone la mira en las tecnologías actuales. Entre otras cosas, esta generación del Cruze ofrece una conectividad total, con lo cual se posiciona como un modelo con atributos inteligentes de primera línea.

En cuanto a los componentes mecánicos, este modelo hecho santafesino también inaugura una nueva generación de motores, más livianos, tecnológicos y eficientes, pero sobre todo, absolutamente más potentes que los anteriores.

Recordemos que se trata de un propulsor 1.4 con turbo, capaz de liberar hasta 153 CV de potencia con un torque de 245 Nm disponible a 2000 vueltas. Cuenta con el sistema Start&Stop (apaga el motor toda vez que el auto se detiene y enciende al pisar de nuevo el acelerador) y viene asociado a transmisiones manual o automática secuencial de 6 velocidades.

Primer contacto

Como siempre cuando tomamos contacto con un vehículo para probar, empezamos con la ubicación del segmento. En este caso, se trata de un sedán grande, con alto nivel de equipamiento que a partir de ahora le permite enfrentar directamente a rivales de fuste pertenecientes a franjas de alta gama.

Probamos el Chevrolet Cruze LTZ Plus, es decir, el más alto de la gama, super equipado y que tiene transmisión automática secuencial de 6 marchas. Todas las versiones comparten el mismo motor.

A pesar del subtítulo, esta versión tiene sistema de llave inteligente, por lo cual no hay que "poner en contacto". Alcanza con apretar el botón para encender (o apagar) el motor.

Para esta prueba, recorriendo un circuito determinado entre el Hotel Llao Llao y Villa La Angostura, resultamos privilegiados por la compañía de Pedro Arleo, gerente de ventas de GM, excelente instructor desbordante de afecto y de calidez humana.

Mientras la caravana empezaba a ponerse en movimiento, Arleo explicaba con demostraciones prácticas algunas de las funcionalidades de los nuevos componentes, menos conocidos, de esta generación del Chevrolet Cruze. Decididamente, el OnStar es una de las estrellas principales, pero no le van en zaga los alertas de cambio de carril, de proximidad respecto al auto que nos precede, de accidente y de colisión frontal. Sin olvidar el aplicativo del celular, que permite activar varias funciones desde el teléfono como por ejemplo el limitador de velocidad o la ubicación del auto cuando lo dejamos estacionado.

El ambiente interior es muy refinado, con revestimientos en cuero y otros materiales de gran calidad. Hay abundancia de espacio en todas las plazas, especialmente en los asientos traseros que permite una gran amplitud de movimiento para las piernas. Para el conductor, resulta fácil encontrar una posición de manejo cómoda, en función de los ajustes eléctricos del asiento y los espejos, amén de los del volante pero en este caso, manuales.

Durante los primeros tramos, el coche se desliza suavemente, haciendo gala de un notable confort de marcha y una insonorización muy bien lograda. La suspensión absorbe las irregularidades de la ruta con delicadeza, de tal modo que no se perciben golpes ni sacudones bruscos dentro del habitáculo. Por su parte la caja de cambios se comporta eficazmente, con transiciones suaves y respuestas muy gratificantes, absolutamente diferente a la primera generación del Cruze.

Conforme avanzaron los kilómetros y a medida que dejamos atrás las zonas urbanas, le damos un poco más de libertad de movimiento al pie derecho. Y enseguida, los equinos perciben la señal y responden en consecuencia. Por ejemplo, para superar rápidamente a otro vehículo en la ruta, al pisar el acelerador la caja busca la marcha inferior correspondiente para reaccionar con soltura y realizar la maniobra sin sobresaltos.

En ese régimen, varía también el sonido del motor que aún delicadamente, evidencia que tiene suficiente poder como para cosas importantes.

El comportamiento del sistema de suspensión tiene total concordancia con esas aptitudes de propulsión. El auto se planta contra el piso y la dirección transmite firmeza, como para sentir la seguridad correspondiente a una estabilidad magnífica. Vigilada además por los controles electrónicos de estabilidad y tracción, para el caso de algún exceso conductivo equivocado.

Dentro del recorrido, GM incluyó un tramo de rectas muy amplias y bastante despejadas de tránsito, como para elevar con seguridad la aguja del velocímetro. Sin abusar demasiado, y casi sin darnos cuenta, llegamos hasta los 160 km/h, para comprobar tanto la confiabilidad y la potencia como el comportamiento del motor. Si bien a ese régimen el cuentavueltas sube un poco más, en una marcha normal se mantiene estable entre las 2000 y 3000 vueltas, para ofrecer una óptima eficiencia y valores económicos en el consumo de combustible.

Vale mencionar la importancia de otros dos componentes de seguridad relevantes: por un lado, el detector de punto ciego de los espejos. Son señales luminosas en los mismos retrovisores y que se encienden cuando hay, por ejemplo una moto, ubicada en ese lugar y que por tal razón no logramos ver. Por otra parte, el alerta de cambio involuntario de carril es muy útil para viajes largos, pues una vez activado avisa si por distracción el auto empieza a cruzar la línea central de la carretera. El volante se endurece levemente hacia ese lado, y el sistema se desactiva temporalmente cuando detecta que colocamos la luz de giro.

Dicho sea de paso, entre los invitados al evento se encontraban dos personalidades del automovilismo argentino, pilotos del equipo oficial Chevrolet Elaion en el Super TC2000, justamente a bordo del Chevrolet Cruze de competición. Tanto Agustín Canapino como Norberto Fontana formaron parte de esta caravana de test drive.

Extraoficialmente, supimos que tuvieron oportunidad de hacer un recorrido previo a este trazado de pruebas, y en esa ocasión, en el tramo de rectas mencionado, exigieron un poco más al nuevo Cruze, superando los 200 km/h.

Conclusión

El nuevo Chevrolet Cruze, también en pruebas dinámicas, confirma que nació para mostrar al mundo un cambio radical de paradigma en la fabricación de los próximos automóviles de la marca. La renovada planta de Gral. Alvear, que recibió inversiones por 740 millones de dólares para adecuarse a esta etapa que comienza, ya se sabe dará a luz otras novedades que se conocerán también en el correr de este 2016.

Allí se fabricarán también los nuevos motores que equipan a este Chevrolet Cruze (por ahora llegan desde México) y se desarrollan los equipamientos tecnológicos y de conectividad incorporados en esta etapa recién iniciada.

Todo ello es absolutamente notorio en el nuevo Cruze. Ofrece un despliegue de potencia de primer nivel, perfectamente contenida en una estructura bien equilibrada, con un confort de marcha espectacular rodeados de mucha tecnología y equipamiento de seguridad.

Es un auto completamente nuevo. Se trata de la segunda generación de un modelo exitoso para la marca, que vendió más de 3 millones de unidades en el mundo, distinto, que si bien mantiene el nombre y el espíritu del Cruze, no se parece en casi nada con el que inició la gama.

Luis Piedra Cueva