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Carrera trunca

La muerte del ex gobernador de Córdoba y posible presidenciable, pudo ser evitable

José Manuel De la Sota chocó con su auto en una autopista provincial, y a pesar de una buena seguridad, el exceso de confianza acabó con su vida

19.09.2018 11:13

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2018-09-19T11:13:00-03:00
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Abogado, profesor y político argentino, De la Sota fue gobernador de su provincia durante tres períodos, además de ocupar otros cargos políticos nacionales e internacionales.

Con 68 años de edad, falleció el pasado sábado 15 víctima de un impactante siniestro de tránsito chocando de atrás contra un camión que circulaba más lento, mientras conducía su SUV Volvo XC60 sobre la autopista provincial Nº 36, que une Córdoba Capital con la localidad de Río Cuarto. Su muerte generó una serie de reacciones en la sociedad argentina porque entre otras cosas, había manifestado sus intenciones de postularse como candidato a la Presidencia de la Nación para el próximo período.

Según publica el portal Luchemos por la Vida, el ex gobernador regresaba hacia Córdoba por la ruta 36, obra recientemente inaugurada y por la que paradójicamente, él mismo había trabajado impulsando su ejecución con mucha energía. La obra tardó más de 10 años en construirse y finalmente se inauguró en el 2017.

Siempre en base a la información del mismo portal, De la Sota venía reclamando el aumento de la velocidad máxima permitida, que estaba limitada a 110 km/h, justamente en función de la seguridad que consideraba podía ofrecer esta nueva estructura vial para viajar a 130 km/h, límite pretendido por el ex gobernador.

Por otra parte, De la Sota contaba con un muy buen vehículo. Se trata de un SUV Volvo XC60 de primera generación, fabricado en el año 2009. Este modelo logró en su momento las 5 estrellas en las evaluaciones de Euro NCAP, y cuenta con un amplio equipamiento, destacado sobre todo en lo referido a la seguridad pasiva (cinturones, airbags, estructura de seguridad deformable, etc).

En tanto sobre la seguridad activa, si bien trae de serie un frenado de emergencia automático, el sistema utilizado en este modelo se activa por debajo de los 50 km/h, muy inferior a la velocidad que probablemente circulaba el Volvo en el momento del choque.

El siniestro que terminó con la vida del destacado político justicialista, según los primeros indicios y todavía sin datos de pericias, se produjo con el Volvo en alta velocidad, presumiblemente en torno a los 130 km/k o incluso por encima de ella.  Naturalmente, el semirremolque viajaba más lento, y por alguna distracción, pestañeo o eventuales problemas del conductor (a determinar por las pericias), el coche impactó contra el camión, arrancó el paragolpes posterior y se metió por debajo del pesado rodado, provocando la muerte instantánea de De la Sota.

Sin dudas, se trata de una muerte que como tantas otras, era absolutamente evitable. De la Sota evidentemente se confió en la seguridad de su auto, en su habilidad conductiva y en la estructura vial de la flamante autopista, que en general "invita" a pisar el acelerador y que por otra parte, conocía muy bien.

Es posible que la siguiente generación del Volvo XC60, con sistemas avanzados de frenado de emergencia, con alertas de riesgos de colisión, hubieran evitado la fatalidad. O no.

Pero es claro que por más amplia que sea la seguridad de vehículos y carreteras, el comportamiento humano definitivamente es el que determina la ocurrencia de siniestros viales responsables por tantas pérdidas de vidas humanas.

Es importante seguir avanzando en la incorporación de las nuevas tecnologías para tener coches más seguros en la región, semejantes a los que se exigen y comercializan en Europa. Pero no menos vital es la implementación de políticas rigurosas de Seguridad Vial, con medidas firmes y mayor fiscalización que obliguen a respetar las normas de tránsito y evitar más lesiones y muertes por siniestros viales.

Luis Piedra Cueva - Con información de Luchemos por la Vida