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MG presenta su nuevo coche eléctrico: las marcas chinas avanzan en el mercado europeo

La marca británica, ahora en manos de SAIC, avanza con su ofensiva eléctrica para competir de igual a igual con fabricantes europeos

14.09.2022 16:45

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2022-09-14T16:45:00-03:00
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París, Francia - La marca china MG presentó este martes el MG4, su nuevo coche eléctrico destinado al mercado europeo, donde los fabricantes chinos intentan afianzarse tímidamente apoyándose en un antiguo dominio de la tecnología eléctrica.

Un compacto con una autonomía de hasta 450 km y un precio muy atractivo de 28.990 euros: MG desveló durante una videoconferencia este modelo que viene a competir con los fabricantes europeos en su suelo.

Al igual que otras marcas chinas (BYD, Polestar, Nio o incluso Wuling), MG, fundada en Gran Bretaña en 1924 pero relanzada tras su quiebra en 2005 por el gigante automovilístico chino SAIC, tiene la mirada puesta en el Viejo Continente donde los fabricantes chinos buscan sobre todo " probar el mercado y entender cómo funciona”, según José Bagdad, socio responsable del sector de automoción de la firma de auditoría y consultoría PwC.

Ante la prohibición de venta de vehículos térmicos o híbridos en Europa para 2035, la industria china tiene una carta en juego dada su larga experiencia en el segmento eléctrico.

“Los fabricantes chinos se han saltado el desarrollo de vehículos térmicos porque rápidamente se dieron cuenta de que no iban a poder cerrar la brecha tecnológica con los fabricantes japoneses, estadounidenses o europeos”, explica Jamel Taganza, vicepresidente de la consultora Inovev.

Desde principios de la década de 2010, las marcas se centraron en el diseño de vehículos eléctricos. Y esta tecnología "desarrollada durante mucho tiempo por la industria china" ahora se domina perfectamente, según Taganza.

Volúmenes duplicados en Europa

“Cuando fabricas determinados modelos diez veces más que tus competidores europeos, sin duda tienes mejor know-how, calidad de servicio y fiabilidad”, añade José Baghdad.

A modo de comparación, el modelo más vendido en China, el Wuling Mini EV, accesible por solo 4.000 euros, vendió cerca de 400.000 ejemplares en todo el mundo en 2021 frente a las 77.000 unidades del Renault Zoé, el vehículo eléctrico europeo que se agotó ese mismo año.

“El mercado chino vende el doble de 100% eléctrico que los mercados japonés, estadounidense y europeo juntos”, insiste Jamel Taganza.

Otro punto fuerte de los fabricantes chinos: “el dominio muy fuerte de las tecnologías de producción de baterías”, añade, un mercado en el que están establecidos desde hace más de veinte años.

En Europa se vendieron 80.000 coches chinos en 2021, especialmente en Inglaterra y Noruega. Este año, esta cifra debería duplicarse y llegar a 150.000, según la firma Inovev.

Prioridad al mercado interior

Sin embargo, esto representa una parte marginal del mercado europeo. “Saben que tienen una imagen de marca un poco más débil, con algunas dudas” entre los consumidores europeos, dice José Baghdad.

No existe una red de distribución bien establecida ni un plan para establecer una fábrica en Europa en los próximos cinco o seis años. La prioridad sigue siendo el mercado nacional, pero "el mercado chino está creciendo con fuerza y ya están luchando para mantenerse al día en términos de producción", asegura el Sr. Baghdad.

"El precio del litio está subiendo, hay escasez de chips electrónicos, por lo que el mercado está ajustado y Europa está entrando en un ciclo difícil", dijo.

Pero los fabricantes de automóviles chinos quieren estar preparados para las oportunidades. “Puede haber uno si los fabricantes europeos abandonan el mercado de vehículos asequibles o pequeños, por ejemplo”, asume Jamel Taganza. Las marcas europeas están concentrando cada vez más su producción en vehículos de alta gama, los que probablemente ofrezcan márgenes significativos.

Otra oportunidad identificada por Taganza: la toma de fábricas que podrían liberarse en Europa, como el grupo chino Great Wall Motors (GWM) había previsto durante un tiempo con la fábrica de Nissan en Barcelona, cerrada definitivamente el 31 de diciembre.

AFP - Por Antoine Guy