Equipos y pilotos que participarán de la próxima edición del Dakar, no solo deberán soportar las tórridas temperaturas extremas y la aridez del desierto árabe.
En su regreso al viejo mundo, que además se disputará por completo en Arabia Saudita, todos los participantes de la prueba deberán cumplir y respetar las costumbres de comportamiento establecidas y controladas por la monarquía islámica del Reino Saudí.
La organización francesa ASO ya hizo circular una nota en la que advierten a todos los integrantes de los equipos acerca de la gravedad que implica la transgresión de cualquiera de las costumbres, que pueden llegar a ser penadas con cárcel e incluso, con la propia condena a muerte del transgresor.
Por ejemplo, contactos físicos como besos, abrazos, tomarse de las manos o cualquier tipo de manifestación pública de afecto, se castigan con cárcel. A las mujeres extranjeras se les recomienda usar al menos un velo, de tal modo de no ofender a la población local. Tampoco se pueden mostrar las rodillas o los hombros, pues también se considera violatorio de la normativa local.
Uno de los casos más conocidos es el del francés Stéphane Peterhansel, conocido como monsieur Dakar, quien lleva a su propia esposa, Andrea Mayer, en calidad de navegante. Para poder dormir juntos, deberán conseguir un salvoconducto.
Y por las dudas, capaz que les convendría mantener una distancia prudencial. Para qué arriesgar...
Por otra parte, está totalmente prohibido alimentarse con carne de cerdo, ni el consumo de alcohol o drogas. LLevar cualquier tipo de producto porcino, se puede castigar con la pena de muerte.
En fin, una dificultad más que deberán superar los participantes desde el momento en que pisen el suelo árabe, con el que por otra parte, ya hay un contrato millonario firmado con las autoridades locales para correr allí durante los próximos cinco años.
Con información de MTOnline
