Sochaux, Francia - Más compacto, más rápido, flexible y con menos empleados: la histórica fábrica de Peugeot en Sochaux quiere estar a la vanguardia en materia de automatización, antes de la llegada de su primer modelo eléctrico en 2024.
En Doubs, el nuevo grupo Stellantis, resultado de la unión de Peugeot, Fiat y Chrysler, busca demostrar que es "capaz de modificar un sitio histórico", subrayó el lunes el director industrial de Stellantis, Arnaud Deboeuf, durante una visita con periodistas. "Se acabó, la belleza de las grandes fábricas".
Este gigantesco sitio, que había provocado el desvío de la carretera nacional y el río para ocupar hasta 265 hectáreas, ha perdido un tercio de su superficie.
Las operaciones (stocks, estampación, montaje, pintura) se concentraron en determinados edificios, y parte del suelo se destinó a empresas subcontratadas o logísticas, tras un programa de transformación de 200 millones de euros puesto en marcha en 2017.
Los 3008 y 5008, los SUV estrella de Peugeot, se fabrican ahora en una única línea de montaje clara y compacta, en lugar de las dos anteriores, ya un ritmo de 60 vehículos por hora. Los robots transportan las piezas a lo largo de la línea de montaje, aseguran la instalación de motores, parabrisas y parte de los controles de calidad.
Un pequeño edificio de gran altura alberga una nueva joya de 8 millones de euros, el "transstocker": un almacén totalmente automatizado, que puede almacenar y descargar hasta 4.500 palets, inspirado en los sistemas que utilizan Carrefour o Amazon.
El ballet de conductores de carretillas elevadoras, que transportan las piezas desde el almacén hasta el inicio de la línea de montaje, pronto podría ser también proporcionado por "mayordomos", especie de tortugas amarillas robóticas que estaban probando rutas marcadas en el suelo el lunes.
Plantilla dividida por dos
Esta logística automatizada "servirá como un escaparate para nuestras otras fábricas", en Italia, Estados Unidos o Europa del Este, subrayó el Sr. Deboeuf. Stellantis, que ha demostrado una brillante salud financiera desde su creación, se ha comprometido a reducir sus costos de producción en un 40%.
Las 92 fábricas del grupo se califican cada mes: Sochaux está actualmente clasificada en el primer trimestre por calidad y en el primer tercio por el costo de su producción.
El taller de estampación, que prensa las piezas de acero, también está en plena aceleración, tras una inversión de 33 millones de euros: los bloques de 20 toneladas pronto estarán prensando 8 piezas al mismo tiempo, a un ritmo de 15 golpes por minuto.
El régimen seco también se aplicó al empleo: el sitio industrial líder de Francia hasta 2013, Sochaux vio cómo su fuerza laboral se reducía a la mitad en diez años, particularmente en el lado administrativo, a través de varios planes de salida voluntaria. La fábrica ahora emplea a 6.200 empleados con contratos permanentes, y cada vez menos trabajadores temporales.
Al aumentar su productividad, la misión del sitio es mejorar su rentabilidad y mantener sus volúmenes en 400.000 vehículos por año. El fabricante también quiere que la fábrica siga siendo flexible, en un sector automotriz afectado en los últimos dos años por la crisis del Covid y la logística.
Sin embargo, la escasez de microchips ha llevado a la gerencia a detener la línea varias veces en los últimos meses.
"Es muy tenso a nivel de las partes ya nivel social: nunca sabes si estarás trabajando al día siguiente", subraya Vincent Rinaldi, representante del sindicato CFTC. El paro parcial asegura salarios hasta el 84%.
Jérôme Broussard, representante sindical de la CGT, lamenta los recortes de empleo "catastróficos" para la región. Y "no sabemos cuándo va a parar", se preocupa. “Las condiciones de trabajo son muy difíciles, el ritmo es alto. A pesar de la crisis de los semiconductores, estamos llevando la máquina al límite con ritmos de trabajo muy sostenidos. Tenemos los sábados programados a raudales”.
El director de la fábrica, Christophe Montavon, asegura por su parte que “el fuerte declive que hemos conocido en los últimos años ha terminado”. “No podemos hacer frente a una caída en el mercado europeo sin hacer esfuerzos para mejorar la productividad”, agrega el Sr. Deboeuf.
AFP, por Taimaz Szirniks
