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Hablando de bestias

Impresiones de manejo: Ford Mustang GT, exitoso ícono deportivos de altas prestaciones

Con una historia de 54 años, seis generaciones y más de 10 millones de unidades vendidas en el mundo, el Mustang sigue vigente y no deja de llamar la atención

15.08.2018 12:10

Lectura: 8'

2018-08-15T12:10:00-03:00
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Sin falsa modestia

Pocos vehículos en la historia de la industria automotriz han logrado el carisma conquistado por el Mustang. El icónico modelo de Ford, que en los últimos tres años se tornó en el deportivo más vendido del mundo, acaba de completar 10 millones de unidades empadronadas a lo largo de sus 54 años de existencia.

En Brasil, el "fetiche" por el Mustang es tal que aún sin que Ford importe el modelo oficialmente, hasta el 2017 igual se registraban cerca de dos mil unidades en el país, llegadas de manera independiente a lo largo de las últimas cinco décadas.

En abril de este año, con el arribo de los primeros ejemplares de la sexta generación a las concesionarias oficiales, ahora importados oficialmente por Ford, los pedidos anticipados completaban casi 250 compras confirmadas. Eso para un modelo fabricado en Estados Unidos en una única versión, con un precio sugerido que dista bastante de ser barato: R$ 299.900 (aprox. U$S 77.000).

El nombre del deportivo se inspira en el avión de caza P-51 Mustang, utilizado en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Corea, que a su vez remite a la única raza de caballos salvajes de norteamérica. Presentado al mundo en la Feria Mundial de Nueva York en abril de 1964, el deportivo de Ford creó el género "muscle car", seguido luego por otros modelos de la competencia.

El estilo de la actual generación de Mustang hace referencia a la clásica versión Mach 1, modelo 1969. No hace falta siquiera observar el indefectible potro cromado galopando en la parrilla frontal para saber de qué se trata. Allí se encuentran todas las líneas características de un "muscle car": un capó largo, cuerpo bajo, caída suave en la última columna, y corte abrupto en la parte trasera. El modelo 2018 presenta paragolpes más recortados, con derecho a entradas de aire para los frenos, parrilla inferior con spoiler y conjunto óptico con leds en los faros principales y auxiliares.

Una solución inédita del Mustang actual es que la luz de reversa no se encuentra en el área de los faros, como ocurre comúnmente. Son dos luces blancas con forma de bigote, centralizadas debajo del paragolpes posterior a la misma altura de las cuatro salidas de escape. Detalles como las vistosas ruedas de 19" y el alerón trasero, se ocupan de que el conjunto sea aún más instigante.

Pero la verdadera "joya de la corona" está bajo el enorme capó: un 5.0 V8 aspirado, denominado por la marca como Coyote, gerenciado por una caja de cambios automática de 10 marchas. Es capaz de generar 466 caballos a 7 mil rpm y 56,7 kgmf de torque a 4.600 giros. Tiene bloque de aluminio y cuenta con un sistema de inyección de combustible doble, que es directa en altas rotaciones para ofrecer una mejor performance, e indirecta para rotaciones más bajas, permitiendo más economía y suavidad.

Cada bancada del motor en V tiene dos sensores de detonación y doble comando de válvulas variable. La caja de cambios automática de 10 velocidades tiene un modo de accionamiento manual por medio de "paddle shifts" al volante. Cambio de marchas, dirección, panel, acelerador electrónico, suspensión, ABS, control de estabilidad y hasta el sonido de los escapes se alteran de acuerdo con el modo de conducción elegido. Son seis configuraciones previas: Normal, Deportivo, Deportivo+, Pista, Drag y Mojado. Además hay otra opción llamada My Mode, que permite al conductor combinar los recursos libremente.

La generación del Mustang lanzada en el 2015 pasó por un facelift para el modelo 2018, incorporando componentes electrónicos que aportaron mayor docilidad al modelo. La versión exportada a Brasil es la Premium, la más sofisticada de la line up del modelo. Son ocho airbags, control de tracción y estabilidad, monitoreo de fatiga del conductor, alerta de punto ciego, cámara de reversa con sensor de obstáculos y recursos de dirección semiautónoma, como las luces largas automáticas, sensor de lluvia y luminosidad, control crucero adaptativo, monitoreo de carril, alerta de colisión y monitoreo de peatones, capaz de accionar el frenado de emergencia.

Aparte de esos elementos, el Mustang viene con revestimientos en cuero, aire acondicionado digital doble, asientos delanteros calefaccionados y con ajustes eléctricos, dirección eléctrica adaptable al modo de conducción, luz ambiente personalizable, sistema multimedia Sync 3 con control por voz, GPS y conexiones con Android Auto y Apple Car Play, sistema de audio Shaker y panel de instrumentos digital de 12", configurable.

La versión llegada a Brasil incluye además l denominado Performance Pack, que suma frenos Brembo de altas prestaciones, radiador con más capacidad, diferencial con deslizamiento limitado y sistema de suspensión adaptativa Magneride, con amortiguadores controlados electrónicamente que alteran la rigidez. También agrega items que aportan al desempeño aerodinámico del modelo, como el alerón trasero, spoilers cercanos a los neumáticos delanteros y parrilla frontal que se abre y cierra, para reducir la resistencia.

Todo para que el cohete sea todavía más cohete.

Interactivo y personalizable

A bordo del Mustang, a pesar del despliegue de botones e instrumentos que recuerdan al panel de un avión, el ambiente es sobrio, con predominio de superficies en tonos de negro y gris y detalles cromados o en aluminio.

El revestimiento de los asientos en cuero perforado y pespuntes blancos, amén de bellísimo, incrementa el componente deportivo. En términos de confort, no abunda el espacio estilo "retro"; en definitiva, se trata de un coupé deportivo de pura cepa. Como cualquier modelo de ese género, el acceso requiere de algún contorsionismo.

Una vez adentro, la gran consola central y el techo bajo, reducen bastante el área libre. Los asientos delanteros son extremadamente confortables y envolventes, con ajustes muy simples. Este tipo de autos se denominan 2+2, pues en los asientos traseros solamente se pueden llevar personas con menos de 1,70 mt de altura, en viajes cortos. El acceso a ese sector del habitáculo requiere de una flexibilidad impresionante, bien típica de la infancia y adolescencia. Mientras que el maletero es bastante digno para un coupé, con sus 379 lts. de capacidad.

En cuanto a interactividad, Mustang no economiza. Tiene varios canales para facilitar el uso de los recursos del auto, ya sea por mandos de voz, botones en el volante multifunción o directamente en la pantalla táctil. El panel LCD configurable ofrece mucha información, algo esperable en un deportivo.

A pesar del hartazgo de tecnología disponible, el Mustang no es un auto complicado. Todos sus comandos son muy intuitivos. El computador de a bordo informa acerca del desempeño de los frenos, cronómetro de aceleración, modos de conducción, datos a exhibir, colores y modelos del instrumental. Normalmente, cada modo de manejo está asociado a una configuración del panel.

Las tonalidades de luces de los instrumentos y del habitáculo, son ampliamente configurables. Incluyendo la posibilidad de crear un tono propio, mezclando los colores básicos. También es posible determinar que el encendido del motor ocurra siempre de la forma más silenciosa posible, una buena idea pensando en los vecinos cuando hay que salir del garage temprano en la mañana, por ejemplo.

Al final, un deportivo feroz también puede tener su costado civilizado.

Primeras impresiones

Pisar al fondo el acelerador de un Mustang convertible, es una experiencia difícil de olvidar. Los 466 caballos del motor mueven los 1.780 kg del coupé con una facilidad impresionante. Conforme el ronquido del motorazo V8 invade el habitáculo y el auto acelera, se puede sentir cómo la espalda se hunde literalmente en el asiento de cuero.

Nadie, ni dentro del auto ni cerca de él, es capaz de sentir la acelerada fuerte de un Mustang sin que se le altere vigorosamente el ritmo cardíaco.

Según Ford, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y la máxima velocidad limitada electrónicamente, es de 250 km/h.

El volante forrado en cuero ofrece una empuñadura óptima y transmite alta precisión a los mandos del conductor. La transmisión automática de 10 velocidades es muy eficiente, sin baches en aceleraciones o en recuperaciones. Y el modo manual ayuda a que la experiencia sea todavía más divertida. Generalizando un poco más, la ergonomía roza la perfección.

El conjunto de suspensión con McPherson adelante y Multilink en el eje trasero, tiene brazos adicionales al frente y la trasera con subchasis, barra de torsión y amortiguadores con rigidez variable. El chasis tiene una rigidez impecable, y el equilibrio del modelo, impresiona. En rectas y altas velocidades, el Mustang no muestra señales de fluctuación. Mientras que en curvas, el conjunto de suspensión bien equilibrado, recibe el mensaje ya sea con o sin auxilio del control de tracción y los demás sistemas de seguridad.

En modo Normal, la suavidad permite olvidar que se está a bordo de un deportivo. El Mustang es un coupé en el que el conductor se siente al mando del auto, sin mucha explicación por la interferencia de la excesiva parafernalia tecnológica que refuerza la seguridad, pero a veces y en algunos deportivos, le quita la gracia de manejarlos.

Luiz Humberto Monteiro Pereira de Agência AutoMotrix en exclusividad con Airbag - Fotos: Luiza Kreitlon / Agência AutoMotrix