Test Drive

Distinción inglesa, poderío alemán

Impresiones de Manejo: probamos (y aceleramos) el MINI Cooper 3 Door Look JCW

Toda la mística del clásico compacto británico, se magnifica aún más con el lujo y la deportividad aplicada por el Grupo BMW

06.08.2019 15:05

Lectura: 6'

2019-08-06T15:05:00-03:00
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La nueva generación del MINI Cooper S está en Uruguay y pasó por mis manos para disfrutar de una serie de sensaciones que solamente ese vehículo es capaz de generar.

Solo con el hecho de tratarse de un producto derivado de la antigua estirpe británica de aquel pequeño auto, con rueditas muy chicas y sumamente simpático, provoca una fuerte emoción, esencialmente para quienes como en mi caso, supimos disfrutar de su época de esplendor cuando era más o menos frecuente verlo circular por las calles de nuestro país. E incluso, formando parte del Rally que se corría en las primeras ediciones de la Semana de Lavalleja, en la década de los 70.

Como decía, a partir de su integración al Grupo BMW y si bien conserva algo del estilo estético del viejo "pequeñín", nada tiene que ver en cuanto a tecnología, mecánica, prestaciones y equipamientos. Este MINI Cooper que llega en versión de tres puertas, se diferencia además por presentar la estética deportiva utilizada en la variante más radical de la familia, denominada John Cooper Works (JCW). De ahí surge entonces la denominación completa.

Visualmente, a la imagen atractiva típica del modelo, se le suman las llantas negras con el diseño exclusivo específico para la versión. Combinadas con el color azul de la unidad testeada, es imposible que su paso resulte indiferente para nadie, aunque no le gusten los autos.

MINI es un auto diferente en todo. Desde el punto de vista del diseño, además de su apariencia exterior destaca por el ambiente interno, con sus butacas deportivas envolventes, los asientos delanteros extensibles para adecuar el apoyo de las piernas, el panel de instrumentos colocado sobre la columna de la dirección (que se mueve junto con ella cuando ajustamos su altura), los comandos en forma de switch, la delicada iluminación que admite variaciones de color (incluyendo el área de los pies), la calidad de los materiales, la gran pantalla central redonda (icónica) que gestiona innumerable cantidad de funciones, proyecta la imagen de la cámara de reversa, y cambia de color el aro de su circunferencia dependiendo de la función activada, entre otros componentes.

Por afuera además suma otros detalles, como la iluminación desde abajo de las puertas hacia la zona del piso, los leds ovalados que circunvalan los faros delanteros y son las luces diurnas, de giro y balizas, el logo lumínico que se proyecta desde la parte inferior de los espejos, y las luces traseras, con las franjas de la bandera inglesa. Sin olvidar el gran alerón del techo, que confirma sus atributos dinámicos, indudablemente deportivos.

Justamente en ese rubro, este pequeño "cohete" terrestre se impulsa con un motor 1.5 litros de tres cilindros, 12 válvulas, con turbo intercooler, capaz de generar hasta 136 caballos de potencia y 220 Nm de torque a partir de las 1.400 vueltas.

Trabaja asociado con una transmisión automática secuencial, con levas al volante, de siete velocidades y con doble embrague, con tracción en las ruedas delanteras. Admite además tres opciones del modo de manejo, a saber Green, Mid y Sport. Según la elección, se puede manejar cuidando la economía del consumo, como en el primer caso, o disfrutando de sus mayor atributos deportivos. La intermedia es la predeterminada que se establece por defecto.

En marcha

Naturalmente, tal como corresponde a sus características, es un auto de estatura baja, aunque la posición de manejo es excelente, y con muy buena visibilidad. Si bien el encendido del motor es mediante un toque en una de las perillas del panel central (diferenciada por tamaño y por el color rojo), no tiene sistema de desbloqueo de puertas por aproximación.

Bien "envuelto" por las aletas laterales de las butacas deportivas, mientras es posible disfrutar de un leve ronquido del motor aunque en un ambiente notablemente insonorizado de los ruidos exteriores, el MINI Cooper se muestra siempre dispuesto a demostrar sus atributos. Parece que todo el tiempo invita y provoca para pisar el acelerador.

Y nadie puede negarse. Sale muy rápido y resulta super divertido de manejar, en cualquiera de los modos seleccionados. Se comporta como una especie de gran kart, pegado absolutamente al piso sin importar las condiciones de velocidad y del trazado de la ruta. Aunque para los casos más extremos, cuenta con los asistentes de seguridad (control de estabilidad y de tracción) que se ocupan de poner las cosas en su lugar si se el conductor comete algún exceso.

Sin olvidar los 6 airbags, la regulación electrónica de la fuerza de frenado, control de bloqueo de diferencial, las fijaciones Isofix y TopTether, etc.

Los neumáticos runflut de 17" (no tiene rueda de auxilio) son de bajo perfil, por lo cual la circulación sobre pisos irregulares o deteriorados no resulta de las más confortables para los pasajeros, sin llegar a ser insoportable, claro está. Pero sobre superficies lisas, se comporta con una gran suavidad de marcha, que resulta sumamente disfrutable.

Decía que la agilidad típica de este MINI, es maravillosa para el tránsito urbano. Pero para salir a la carretera y viajar, lo es más aún, pues gracias a la eficiencia de la transmisión se puede establecer una generosa velocidad crucero que permite mantener el motor en un régimen cercano a las 2.000 vueltas.

Todo eso en un ambiente refinado, y bien acompañado del sistema de audio de excelente calidad.

Es claro que a pesar de presentarse con capacidad para cuatro personas, las plazas traseras no son de las más amplias, aunque tampoco resultan incómodas para dos adultos, Por su parte el maletero permite alojar hasta 211 litros de capacidad (con respaldos en posición normal), con un doble fondo en el que se pueden ocultar objetos más pequeños.

Cuenta además con infinidad de elementos que conforman un equipamiento de nivel premium. Entre otros vale destacar la iluminación full led, con encendido automático y faros delanteros adaptativos, sensores de estacionamiento, techo panorámico de cristal con apertura eléctrica, sensor de lluvia, sistema Star&Stop, etc.

Sin dudas, es uno de los productos más atractivos de la industria automotriz mundial, que para quien pueda desembolsar los casi 50 mil dólares de su valor en el mercado local, ciertamente podrá sentir que valió la pena el esfuerzo de la inversión.

Luis Piedra Cueva