Noticias

No precisa sponsor

Fallece Ferdinand Piëch, el rey destronado del automóvil

El ex dirigente histórico de Volkswagen fue responsable por la formación de uno de los mayores grupos de la industria automotriz mundial

27.08.2019 14:26

Lectura: 5'

2019-08-27T14:26:00-03:00
Compartir en

Berlín (Alemania), 26 de agosto de 2019 - El ex-dirigente y figura histórica del fabricante de automóviles Volskwagen, Ferdinand Piëch, falleció a los 82 años, anunció el lunes su esposa en un mensaje transmitido a la AFP por su abogado.

"Mi marido falleció de manera súbita e inesperada el 25 de agosto de 2019", dijo Ursula Piëch en un breve comunicado, en el que habló de "una vida marcada por la pasión por el automóvil y los empleados que lo fabrican".

Según varios medios, entre ellos Bild, Ferdinand Piëch murió el domingo por la noche en un hospital de Rosenheim, en Baviera, donde había sido trasladado después de haberse desplomado en un restaurante ante la mirada de su mujer.

Ferdinand Piëch (Viena, 1937) es considerado como el patriarca de Volkswagen, al que transformó en un grupo de varias marcas del sector del automóvil antes de ceder la dirección en 2002.

Calificado como "leyenda del automóvil" por el diario Bild, fue una de las figuras más importantes de la industria alemana y nieto de Ferdinand Porsche, inventor del famoso Escarabajo y fundador del fabricante de bólidos de lujo.

Convertido en influyente jefe del consejo de supervisión, abandonó su puesto en 2015 tras una batalla con el director en ese momento, Martin Winterkorn, implicado en el escándalo de los motores diésel modificados, que empañó enormemente la imagen de la empresa y del sector automovilístico alemán.

Piëch fue el artífice de la unión de las marcas VW, Audi, Seat, Bugatti, Lamborghini y Porsche dentro del mastodonte Volkswagen.

Rey destronado

Figura emblemática del mundo del automóvil y patriarca autocrático orgulloso de serlo, el antiguo jefe de Volkswagen Ferdinand Piëch, recién fallecido, convirtió una empresa en agonía en un imperio mundial, antes de caer en desgracia.

El austriaco, presidente del grupo entre 1993 y 2002, antes de ponerse al frente del Consejo supervisor del fabricante hasta 2015, fusionó las marcas VW, Audi, Seat, Bugatti, Lamborghini y Porsche en el mastodonte Volkswagen para crear un grupo de envergadura internacional.

Pero este padre de 13 hijos también dejó tras de sí una empresa debilitada por un gigantesco escándalo de motores diesel trucados. Aunque nunca fue cuestionado personalmente, su estilo de dirección -puño de hierro y obsesión por la conquista del mercado estadounidense- prepararon el terreno para el caso.

Apodado en ocasiones "el emperador", llamó a librar "una guerra del auto", con el japonés Toyota en su punto de mira.

Esta "leyenda del automóvil" según lo denominó el diario Bild, fue una de las figuras más importantes de la industria alemana.

'Ingeniero del poder'

Nacido el 17 de abril de 1937 en Viena, Piëch creció inmerso en el mundo del automóvil antes de empezar su carrera profesional en Porsche en los años 70.

No en vano, era nieto de Ferdinand Porsche, fundador de la marca de bólidos de lujo que además creó, a demanda del régimen nazi, el célebre Escarabajo.

Tras Porsche, Piëch empezó a dirigir Audi en 1988 y allí dio un volantazo al rumbo de la marca, usando las innovaciones tecnológicas para convertirla en rival digna de BMW y Daimler, fabricante de Mercedes.

Coronado por ese éxito, fue llamado a los comandos de Volkswagen, fuertemente endeudada y deficitaria en aquel entonces. Allí impuso una cura de austeridad con medidas como la semana de cuatro días en las fábricas, y reemplazó a casi la totalidad de su directorio.

Unas pocas palabras de millonario de incisiva mirada azul eran suficientes para decidir la suerte de los más altos responsables, como Bernd Pischetsrieder en VW, reemplazado en 2006 por Martin Winterkorn, que dimitió a su vez tras el "dieselgate" y hoy está amenazado por los tribunales.

Calificado por la revista Der Spiegel como "ingeniero del poder", Ferdinand Piëch logró en 2009 su mayor éxito al impedir que Porsche comprara Volkswagen: al cabo de varias semanas de batalla feroz entre las familias, fue finalmente Volkswagen la que se comió a Porsche, poniendo a "Don Volkswagen" al frente de la familia Porsche-Piëch, que sigue controlando el grupo en la actualidad.

Escándalos

Pero la era de Ferdinand Piëch en Volkswagen tampoco estuvo exenta de escándalos: en 1993, un antiguo y célebre dirigente de General Motors, José Ignacio López de Arriortúa, era acusado de robo de documentos confidenciales, fraude y espionaje industrial.

Y Peter Hartz, director de personal contratado por Piëch en 1993, cayó por un escándalo de corrupción, tras reconocer que había pagado 2,6 millones de euros en sobornos al presidente del comité de empresa para pagar prostitutas o viajes exóticos para comprar la paz social dentro de la empresa.

Piëch también puso en marcha una cultura empresarial "que permitió uno de los mayores escándalos industriales de la posguerra", el "dieselgate", consideró el diario Die Welt.

Tras la gloria llegó la caída. En 2015 perdió un pulso crucial con su antiguo protegido, Martin Winterkorn, al que deseaba apartar de su puesto, y acaba dimitiendo del consejo supervisor solo algunos meses antes de que estallara el escándalo de los motores trucados para mostrar menores niveles de emisiones contaminantes que los reales.

Hasta ahora, el caso le ha costado al grupo más de 30.000 millones de euros y deteriorado fuertemente la imagen del sector automovilístico alemán, precipitando la caída del diésel.

Desde entonces, Ferdinand Piëch fue retirándose progresivamente hasta vender en 2017 la mayoría de sus participaciones en Porsche SE, el accionario principal que controla el grupo Volkswagen.

AFP