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Yo te llevo a todas partes

En año electoral, las icónicas casas rodantes reflejan el estado de la economía en EEUU

Tras un período de fuerte crecimiento, el mercado norteamericano de estos vehículos se enlentece, aunque todavía sigue siendo buen negocio

29.01.2020 19:22

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2020-01-29T19:22:00-03:00
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LaGrange (Indiana, Estados Unidos) - Las seis o siete unidades que salen cada día de la línea de montaje de la planta de Riverside, en el estado de Indiana, se parecen más a una casa que a un auto, con techos de madera, aislación en fibra de vidrio y resplandeciente pintura blanca.

Durante décadas, los RV, de 'recreational vehicle', vehículo recreativo, o como también se conocen en español, caravanas o casas rodantes, han sido íconos de las rutas estadounidenses.

Hogares en movimiento, equipados con camas, ducha, cocina y televisión, ofrecen a las familias la libertad de desplazarse a lo largo y ancho del vasto país.

En un año de elecciones, los RV cuentan además otra historia. Los expertos los consideran un barómetro de la economía, la adquisición soñada por los estadounidenses que abren la billetera para gastar decenas de miles de dólares solo si se sienten cómodos.

Con la temporada electoral a la vuelta de la esquina, un equipo de la AFP viajó desde Washington a Iowa, estado del Medio Oeste donde el 3 de febrero se dará el puntapié inicial de las elecciones primarias, con la intención de tomar el pulso político y económico del país.

En la región noreste del estado de Indiana, el veredicto de la industria de las casas móviles parece ser que la economía, un factor que será decisivo para la continuidad o no de Donald Trump en la Casa Blanca, parece fuerte, aunque recientemente haya bajado un poco la actividad.

"Mucha gente piensa que los RV son un indicador de la economía y de muchas maneras lo son, porque un vehículo recreativo no es algo que tienes que tener, es algo que quieres tener", dijo Don Clark, director ejecutivo de Grand Design, empresa que fabrica vehículos recreativos de alta gama.

Según él, los aranceles que Trump impuso al acero, el aluminio y otros materiales clave para este negocio han sido una "molestia" y han "tenido impacto", pero de todos modos la industria se ha visto fortalecida por un año que se ubicó entre los cuatro mejores de los que se tiene registro.

Bien, pero sin récords

En el museo del Salón de la Fama de los RV, que cuenta entre su acervo a un Ford Modelo T de 1913 con una mesa de comedor convertible que describen como el primer RV de la historia, Sherman Goldenberg dice que espera una caída de 6% en los envíos de 2019 respecto a 2018.

Para este veterano de la industria y director de la empresa que publica la revista especializada RVBusiness, el mercado de este tipo de vehículos ha escalado después de la recesión de fines de los 2000, pero después de ocho años consecutivos de crecimiento, se estancó, "como pasa con todas las cosas".

"¿Se derrumbó? ¿Se fue a pique? No, no lo hizo", dijo. "No es un mal cuadro, pero no, no estamos rompiendo récords". El experto estima que se entregarán 400.000 unidades de RV en 2019.

La gente joven, según Goldenberg, es la que ha ayudado a revitalizar una industria dominada por gente mayor, con aportes como la invención del término 'glamping', que se utiliza para describir una experiencia de campamento pero con lujos, comodidad y estilo.

Para Goldenberg, se ha reducido la producción luego de la experiencia de años anteriores en los que fabricaron más unidades de las que podían llegar a venderse.

Eric Sims, economista de la Universidad de Notre Dame en la cercana South Bend, está de acuerdo con que la sobreproducción fue un problema en el pasado, pero es un factor que puede haber sido exagerado por la propia industria.

"Algo de eso está pasando, pero pienso que también existe en la economía un enlentecimiento general de la demanda por este tipo de vehículos", dijo Sims.

"Yo describiría a la industria del RV como una a la que aún le está yendo bien", agregó. "En comparación a como estaban las cosas hace tres o cuatro años, se ha enfriado un poquito".

Mano de obra amish

En las plantas donde se construyen estos vehículos recreativos, los turnos suelen comenzar antes del amanecer para no interferir con las rutinas de producción agrícola de las comunidades amish, de donde proviene buena parte de los empleados.

Los amish, comunidades protestantes conocidas por su estrictas normas morales, su austeridad y su rechazo de la modernidad, no permiten que sus miembros conduzcan vehículos motorizados, pero no hay restricciones en cuanto a que los fabriquen.

Hombres barbudos con tiradores, y mujeres ataviadas con vestidos lisos y cofia en la cabeza, marcan la tarjeta de salida en el reloj de la fábrica. Algunos se retiran en bicicletas.

Mervin Lehman, gerente general en Riverside, donde cerca de 80% de los trabajadores son amish, dijo que la compañía estaba encantada con sus empleados, que tienen la "ética de venir a trabajar todos los días, buena manualidad".

"Ese tipo de cultura es lo que ellos traen", explicó.

"Por otra parte, es un muy buen trabajo, lucrativo. Con una educación primaria, no hay otro lugar al que puedas ir y ganar el dinero que esta comunidad gana", dijo, aludiendo a la tradición amish de retirar a sus hijos del sistema escolar cuando llegan a la adolescencia.

Y si entre los amish está prohibido tanto manejar como comprar un RV, para el estadounidense medio el principal obstáculo es el precio de estos vehículos.

Keith Hess, de Wisconsin, de visita en el Salón de la Fama de los RV junto a su esposa con la que lleva 38 años de casado, dijo que espera poder cumplir su viejo anhelo de comprar un modelo de 100.000 dólares dentro de cinco años.

"Nos gustaría tomarnos un mes o dos para recorrer la Costa Oeste hasta Alaska, pero teniendo la posibilidad de ser autosuficiente mientras viajamos, parar y comer o estacionar y usar el baño", dijo.

"En América del Norte somos muy afortunados de poder manejar a muchos lugares", agregó. "Puedes ver muchos lugares hermosos que Dios ha creado para nosotros".

AFP