El ronquido del poderoso motor V8 del Ford Mustang retumbó en el mercado brasileño desde que se anunció su llegada, en noviembre del año pasado. Ícono deportivo desde hace más de medio siglo, comenzará a salir de las concesionarias a partir de abril para cumplir con cerca de 250 ventas anticipadas, que representan casi el doble de las logradas por su archirival Chevrolet Camaro durante todo el año anterior.
La versión definida por Ford para el mercado brasileño es la GT Premium, animada por un motor 5.0 V8 aspirado, denominado Coyote, gerenciado por una caja de cambios automática de 10 marchas. Es capaz de generar 466 CV a 7.000 giros y 56,7 kgmf de torque a 4.600 rpm. Este conjunto es un poco menos potente que la versión Shelby, que lleva el propulsor de 5.2 litros con 60 caballos más.
Las terminaciones Premium es la más equipada de la line up del modelo. El Mustang llega con ocho airbags, control de tracción y estabilidad, monitoreo de fatiga del conductor, alerta de punto ciego, cámara de reversa con sensor de obstáculos y diversos recursos de dirección semiautónoma, como la luz alta automática, sensor de lluvia y luminosidad, control crucero adaptativa, sistema de monitoreo de carril, alerta de colisión y sistema de monitoreo de peatones, capaz de accionar los frenos.
Aparte de esos recursos, el Mustang trae pequeños lujos, de acuerdo a lo esperado en un auto de su valor. Revestimientos en cuero, luces full led, llantas de aleación de 19", alerón trasero, volante calefaccionado, climatizador bi-zona, asientos delanteros calefaccionados y con ajustes eléctricos, dirección eléctrica adaptable al modo de conducción, luz ambiente personalizable, sistema multimedia Sync 3 con control de voz, GPS y conexión con Android Auto y Apple CarPlay, sistema de audio Shaker desarrollado especialmente para el modelo, y cuadro de instrumentos digital con 12" configurable.
La variante llegada a Brasil recibe además un paquete de equipamiento que Ford denomina Performance Pack. Y ahí es donde el deportivo comienza a diferenciarse de verdad. En él se encuentran los frenos Brembo de alta performance, con seis pistones en los discos delanteros, radiador de mayor capacidad, diferencial con deslizamiento limitado y lo más interesante, sistema de suspensión adaptativa Magneride, con amortiguadores controlados electrónicamente que modifican la rigidez cuando se someten a una carga eléctrica.
La carrocería también cuenta con detalles pensados para mejorar el desempeño dinámico del modelo. El más evidente es el alerón trasero pero también hay diversos spoilers cerca de los neumáticos delanteros y parrilla que se cierra para reducir la resistencia. El coeficiente aerodinámico es de 0,35 cx, muy bueno para un deportivo que necesita generar downforce.
También hay una buena inversión en el tren de fuerza. El motor 5.0L Coyote tiene block de aluminio y cuenta con sistema doble de inyección de combustible. Directa para altas rotaciones, que ofrece mejor performance, e indirecta para regímenes más bajos, con lo que se favorece la economía y la suavidad de funcionamiento.
Cada bancada del motor en V tiene dos sensores de detonación y doble comando de válvulas variable. Las de admisión y escape fueron optimizadas y son más livianas.
La caja de cambios de 10 marchas que gerencia el propulsor tiene seis embragues internos, conversor de torque de baja inercia y es capaz de efectuar el cambio de marcha en medio segundo. Caja, dirección, panel, acelerador electrónico, suspensión, ABS, control de estabilidad y hasta el sonido del escape se alteran en función del modo de manejo elegido por el conductor. En total son seis configuraciones previas: Normal, Deportivo, Deportivo+, Pista, Drag y Mojado. Además suma la opción My Mode, que permite componer una opción combinada de recursos.
Por Eduardo Rocha de Auto Press Brasil, en exclusividad con Airbag