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Dakar 2024: Sébastien Loeb, la maldición de la arena y otros yerros, incluyendo el auto

El piloto francés, que fue tercero en autos, repasa los inconvenientes que enfrentó durante la prueba y le privaron de la esquiva victoria

22.01.2024 10:03

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Yanbu, Arabia Saudita - Dos semanas de carreras en el desierto, las dunas y las piedras, con sus alegrías y sus desgracias. El Dakar-2024 acaba de coronar a sus ganadores y un piloto todavía no ha conseguido añadir su nombre a la lista: Sébastien Loeb.

“El Dakar es mi principal objetivo”, aseguró el alsaciano al amanecer desde el vivac de Al-Ula. El “Poulidor del Dakar” (NdR: referencia a Raymond Poulidor, eterno segundón del ciclismo), “Loeb el Maldito”, son algunos de tantos apodos que describen una situación que se prolonga desde su primera participación.

Al inicio de la penúltima etapa de esta 46ª edición -concluida el viernes con el triunfo por cuarta vez desde 2010 del veterano español Carlos Sainz, de 61 años- Loeb todavía podía creerlo.

Pero el jueves, sus problemas mecánicos en la "especial más dura de la segunda semana" le privaron una vez más de la coronación en la legendaria prueba del rally-raid.

A su llegada el viernes a Yanbu, Carlos “El Matador” Sainz se acercó a su último rival por la coronación, tomándolo en sus brazos y susurrándole al oído: “Tuviste mala suerte”.

Por desgracia, Loeb finalmente terminó tercero en su octava participación en el Dakar. Como en 2019, pero peor que en 2017, 2022 y 2023, cuando terminó segundo.

El nueve veces campeón del mundo de rallyes WRC entre 2004 y 2012 -donde Sainz "sólo" tiene dos (1990, 1992)- todavía pudo demostrar que se había convertido en un formidable piloto de rally raid con sus 28 victorias de etapa, incluidas seis seguidas obtenidas el año pasado, un récord. Este año ganó cinco etapas, frente a ninguna de Sainz.

Loeb es consciente del diagnóstico: "A menudo teníamos problemas mecánicos que nos hacían perder tiempo, a veces estupideces por mi parte, también errores de navegación. Y cada año tenía uno de tres".

Para la edición de 2024, el alsaciano estima haber perdido al menos dos horas por una combinación de tres factores: triángulo delantero derecho torcido durante la 11.ª etapa, error de navegación en la 8.ª y una estrategia inestable durante la 5.ª etapa.

Prodrive "hace perder a Sébastien"

El cinco veces ganador del Dakar qatarí y nuevo compañero de equipo de Loeb este año en Prodrive, Nasser al-Attiyah, tiró la toalla durante la novena etapa tras numerosos problemas mecánicos desde el inicio del rally-raid, incluida una avería del motor.

“El coche no ha estado funcionando en todo el año, no hay desarrollo ni inversión suficiente para hacerlo evolucionar, vemos que llevan dos años con las mismas averías, esto no es normal si pretenden ganar el Dakar”, concluye el jefe del evento David Castera.

El propio Sébastien Loeb admitió que los puntos débiles del coche eran conocidos desde el año pasado.

"Sabemos que es frágil en algunos puntos, el objetivo del equipo era optimizarlo para poder trabajar en el siguiente. Está en marcha. Hoy es un coche de altas prestaciones pero que no tolera el error", afirmó.

Por otra parte, según David Castera, Prodrive tiene un papel importante en el mal desempeño del francés.

"Es una falta de seriedad por parte del equipo lo que hace perder a Sébastien. El equipo no está estructurado en absoluto, no se han dado los medios. El hecho de que Dacia venga detrás hará mucho bien", comenta el director de carrera.

Sébastien Loeb formará parte del equipo Dacia a partir del Dakar-2025, junto a Nasser Al-Attiyah. Su prototipo será preparado por Prodrive y probado a finales de 2024 en el Rallye de Marruecos.

Entre ambos, la mayonesa aún no ha cuajado. Ambos pilotos habían asegurado que se ayudarían mutuamente si alguno de ellos quedaba fuera del partido.

La oportunidad se presentó. El qatarí aseguró que ayudaría a Loeb pero tiró la toalla mientras que el francés hubiera agradecido tener un compañero para contrarrestar la estrategia de los Audi que escoltaban a su campeón.

"No tenía ninguna posibilidad contra tres Audi que iban juntos, estaba muerto. Es sólo una historia de supervivencia. Carlos (Sainz) pincha, no le importa, espera al siguiente. Estaba cubierto. Yo estaba ahí, sólo...", maldijo el francés el jueves por la noche, cuando sus últimas esperanzas de superar la maldición se habían desvanecido.

AFP - por Arthur CONNAN