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Centenariazo brasileiro

Citroën celebra sus primeros 100 años, y en Brasil lo conmemoran con una edición especial

Diferenciada por algunos componentes y detalles, la serie “100 Años” aplicará para los modelos C4 Cactus, C3, Aircross y C4 Lounge

20.06.2019 09:30

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Autos del siglo

LLegar a ser centenaria, es algo que para cualquier empresa merece celebrarse como corresponde. El mes en que se cumple su 100º aniversario, Citroën presenta una edición limitada de los modelos C4 Cactus, C3, Aircross y C4 Lounge. Revelada en la fiesta de conmemoración de la marca francesa, realizada en el Centro de Convenciones Bienal de San Pablo, capital paulista, la serie especial "100 Años" se limita a 550 unidades, repartidas en 300 del C4 Cactus, 100 del C3, 100 del Aircross y 50 del C4 Lounge.

El diseño de los productos viene con detalles que remiten a los engranajes de los "chevrones" y se complementan con la firma "Origins since 1919". Todos los modelos "100 Años" son en color Blanco Nacré, tienen grafismos y detalles en Ocre Lutèce y el interior con materiales trabajados diferenciados.

"Somos una marca inquieta y ya estamos pensando en los próximos 100 años", celebra Ana Theresa Borsari, Country Manager de Citroën Brasil. La marca proyecta duplicar las ventas en 2019, pasando del 1% para el 2% de participación. Para eso piensa expandir su red de concesionarios de 95 para 125 puntos de ventas.

El Deportivo Utilitario (SUV) compacto C4 Cactus, en su serie especial, agrega un paquete que une tecnología y diseño. Con opción de techo bitono negro, el modelo trae molduras en los faros de niebla y en los Airbumps, con pintura especial "100 años", y llantas de aleación de 17" tipo Roby One, con pintura Noir Onyx (negra).

El pack visual Origins incluye personalización de los adhesivos laterales, en las costuras de los asientos y la pintura de los retrovisores. Reconocido por unir potencia y seguridad, el modelo viene con motor 1.6 THP Turbo High Pressure Flex de 173 CV de potencia con items de seguridad y asistencia a la conducción como el Active Safety Brake, alerta de salida de carril, alerta de atención del conductor, Coffee Break Alert y control de adherencia (Grip Control).

Por su parte, equipado con un motor VTi 120 Flex Start con 118 caballos de potencia, el hatch C3 también suma molduras del Airbump con pintura "100 años". Además ofrece llantas de aleación de 16" tipo Oka, en color Gris Storm, y fajas decorativas conmemorativas en laterales y tapa del maletero, además de un nuevo aplique "Origins" en puertas delanteras.

Los retrovisores también recibe una personalización exclusiva con pintura especial y una faja que remite a la conmemoración de la marca. Por dentro, la más nueva versión del C3 incorpora asientos y alfombras con costuras y bordados "Origins" en Ocre Lutèce. El C3 "100 Años" se comercializa en Brasil en versión Urban Trail.

Mientras que el aventurero Aircross en esta serie especial, viene con llantas de aleación tipo Tuco de 16" en Gris Storm. Presenta también una personalización única con pinturas y fajas "100 Años", apliques "Origins" en puertas delanteras y asientos con costuras y bordados especiales. El modelo viene impulsado con una motorización VTi 120 Flex Start de 118 caballos de potencia.

A su vez la sofisticación y exclusividad de la Serie Especial 100 Años, corre por cuenta del C4 Lounge. Los nuevos asientos con terminación premium deportiva en Alcántara, también personalizados de acuerdo con la línea visual Origins, según Citroën ofrecen una experiencia de conducción más agradable y segura.

Por fuera, el C4 Lounge Serie Especial 100 Años ostenta un aspecto sobrio, con discretas fajas conmemorativas. Otra novedad son las llantas de aleación de 17" tipo Djobe con detalles en Noir Onyx. En cuanto a mecánica, mantiene su motor THP flex 16V con 173 CV de potencia y caja de cambios automática de 6 marchas con modo Eco, deportivo y secuencial.

Primeras impresiones

Citroën 2CV, cargado de historia

En 1936 Pierre Boulanger terminaba de asumir la función de director de Citroën y encargaba al sector proyectos, comandado por el ingeniero André Lefebre, la tarea de desarrollar un auto popular, confortable y menor que los anteriores.

En 1939 el nuevo modelo estaba pronto para su presentación en el Salón del Automóvil de París, en octubre de aquel año. Pero en setiembre, Francia entra en la Segunda Guerra Mundial, y la expo se canceló. Durante el período bélico, ante la inminencia de ocupación nazi, proyectos y prototipos se escondieron debidamente como medida de precaución.

El público debió esperar hasta el 7 de octubre de 1948, con la apertura del Salón de ese año, para conocer el 2CV (deux chevaux, o dos caballos, en francés). El simpático vehículo compacto con tracción delantera tenía algunas innovaciones: cuatro ruedas independientes, caja de cambios de cuatro marchas de serie y sobre todo, una capota de lona, retráctil.

Concebido como "cuatro ruedas debajo de un paraguas", el nuevo Citroën también ofrecía un precio de venta y costos de mantenimiento muy accesibles, además de un bajo consumo de combustible para los parámetros de la época.

El 2CV se tornó en un suceso tanto en lo inmediato como también duradero a través de los años. Se comercializó hasta julio de 1990.

A bordo

Manejar un auto como el 2CV, es una experiencia muy singular. Perteneciente a un coleccionista y dispuesto para dar una vuelta rápida en torno al Parque de Ibirapuera durante el evento paulista conmemorativo del centenario de Citroën, el modelo gris chumbo de 1958 lleva el concepto de "auto despojado" a un nivel bastante más radical del que conocemos en los modelos actuales.

El espesor del acero utilizado, las bisagras y cierres de las puertas remiten más a un armario de cocina actual que a lo que hoy en día se conoce como automóvil.

Su motor es un boxer de apenas 375 cc y 9 caballos de potencia. Con ese tamaño, no sería suficiente como para mover un vehículo muy pesado. En el 2CV todo para liviano y delicado, lo cual contrasta con el esfuerzo físico necesario para ejecutar algunos comandos triviales como girar el volante y efectuar los cambios de marchas. La dirección, sin ningún tipo de asistencia hidráulica o eléctrica, es pesada y tiene un enorme movimiento libre, que demanda atención extra en las curvas.

Por su parte los cambios de marcha se hacen mediante una varilla longitudinal, empujando o tirando según el cambio deseado, siguiendo una lógica para nada intuitiva.

Los retrovisores son mínimos y prácticamente inútiles. La aislación acústica no existe, al igual que los cinturones de seguridad que se inventaron después. Los frenos están muy lejos de la precisión y es prudente siempre contar con un buen margen de seguridad. Lo último que desearía sería averiar una preciosidad automotiva como esa.

A pesar de todo el anacronismo tecnológico y la falta de confort, el 2CV desborda carisma y es dueño de una simplicidad casi conmovedora.

Manejarlo es muy semejante a subir en la montaña rusa, pues se trata de una experiencia que al mismo tiempo logra ser asustadora y divertida.

Luiz Humberto Monteiro Pereira de Agência AutoMotrix, en exclusividad con Airbag.uy