Uruguay está viviendo un punto de inflexión en la movilidad eléctrica. En 2024, el 9% de los vehículos vendidos fueron eléctricos, un crecimiento del 310% respecto al año anterior, reflejo de un ecosistema que ya combina beneficios fiscales, costos operativos reducidos y una infraestructura en expansión. Pero ¿conviene realmente dejar el motor a combustión por uno eléctrico?

Precio y ahorro: el argumento económico

Aunque durante años el costo inicial fue el mayor obstáculo, esa brecha se ha reducido. En el caso de los modelos SUV —el segmento más popular—, la diferencia de precio entre el modelo eléctrico más vendido y su equivalente a combustión no supera los USD 1500. A esto se suman gastos asociados más bajos, como una patente mensual 50% menor y la exoneración del IMESI y la Tasa Global Arancelaria.

Donde el cambio es más notorio es en el costo por kilómetro: $0,4 para el eléctrico contra $6 a $8 para el de nafta, si se carga en horario bonificado. A modo de ejemplo, un auto que recorre 1250 km al mes gasta $7500 en combustible, mientras uno eléctrico apenas $500, explica Guillermo Novelli, director ejecutivo de Mobility.

Mantenimiento: simple y más barato

Los autos eléctricos no necesitan cambios de aceite, embrague ni filtros, y el mantenimiento anual puede costar hasta un 70% menos. Además, comienzan a ganar valor en el mercado de usados, mejorando sus perspectivas de reventa.

Red de carga: en expansión, pero con desafíos

Uruguay cuenta con más de 350 puntos de carga instalados por UTE, con al menos uno cada 50 km en rutas principales y un 45% de estaciones de carga rápida. Sin embargo, el aumento del parque vehicular eléctrico exigirá mayor inversión para expandir la red, especialmente fuera de Montevideo.

¿Conviene el cambio?

Si bien aún hay barreras —como financiamiento, modelos limitados o infraestructura fuera de la capital—, el auto eléctrico ya es una opción competitiva en Uruguay, tanto en lo económico como en lo ecológico. Para quienes usan el vehículo a diario, los beneficios acumulados compensan ampliamente la inversión inicial.