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Contacto divino

Manejamos el Maserati Levante

Previo al lanzamiento social, la prensa local tomó contacto con el Maserati Levante para manejarlo dentro de un circuito. Compartimos la experiencia.

28.10.2016 11:20

Lectura: 5'

2016-10-28T11:20:00-03:00
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Es poco frecuente que productos exclusivos y de tan alto nivel estén a disposición como para ponernos al volante y conocerlos con algo más de intimidad.

Maserati Uruguay, a través de su gestora local Autolider, tomó la delantera y por segunda vez sus modelos se pusieron en marcha para que a través de nuestro trabajo, los uruguayos sepan algo más acerca de estos productos de la marca italiana.

Maserati, representada con un logotipo que remite al tridente de Neptuno, el dios de los mares según la mitología romana, tiene una rica historia vinculada con el deporte motor. Historia en competición que poco a poco se fue apagando hasta volver a encenderse en el nuevo milenio. Original de Módena, compite desde los años 20, y ha tenido máquinas de todo tipo que van desde coches de Gran Premio y Fórmula 1 hasta autos de rally, pasando por los populares Turismos, Gran Turismo y Sport-prototipos.

Ya pasó por las manos de Orsi, Citroën, De Tomaso y finalmente Fiat. Hoy Maserati está asociada a Alfa Romeo, siempre debajo del "paraguas" metafórico del ahora Grupo FCA.

Volvamos a Uruguay. Maserati Levante es un gran SUV y el primero en este segmento para la marca, lanzado recientemente a nivel mundial. Como podrán ver en las imágenes, a pesar de ser un todoterreno, desborda elegancia y refinamiento por doquier. Está construido sobre la plataforma de la berlina diseñada exclusivamente por Maserati con características únicas de calidad estructural que aseguran resistencia, un equilibrio perfecto y bajo centro de gravedad, conjunto capaz de ofrecer una experiencia de conducción del más alto nivel.

Sus premisas son diseño, exclusividad y prestaciones. Levante tiene un amplísimo espacio interior, desborda en términos de tecnología con electrónica y asistentes de seguridad, y naturalmente, con mecánicas de prestaciones asombrosas.

Esta hermosa bestia pesa algo más de dos toneladas, y para nuestro mercado llega con un motor V6 de 3 litros, configurado para liberar 350 CV o 430 CV en el caso del Levante S. El torque, alcanza la friolera de 500 Nm en uno, y 580 Nm en el otro, a un régimen máximo de 5.000 rpm. Asociado a una caja automática de 8 velocidades.

¿Prestaciones?. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 6 segundos o 5,2, si se trata del más potente. Las velocidades máximas, sin limitador, son de 251 km/h o 264 km/h, respectivamente.

Para finalizar con esta rápida descripción, Levante tiene suspensión neumática y sistema de tracción integral Q4 AWD. Con una gestión electrónica, admite cuatro tipos de conducción: Normal, I.C.E., Sport y Off-road. Cada una de ellas modifica los parámetros del auto (motor, suspensión, transmisión y controles electrónicos) y lo prepara para la situación indicada.

En movimiento

Siempre que se presenta la ocasión de asumir el volante de un coche de alta gama, siempre, se genera una especie de hormigueo en la boca del estómago. Si ese vehículo además es un Maserati, ya la sensación se parece a la de una "tropilla" de hormigas en estampida.

Mientras hago los ajustes correspondientes del asiento, espejos y volante, advierto a Fernando Auersperg, gerente de marketing de Autolider y ocasional copiloto, que no soy piloto de carreras y en general prefiero el manejo más tranquilo, como la mayoría de los conductores.

Claro, bastó con apretar el botón selector en el modo Sport, para que esa premisa fuera descartada de inmediato. El motor del Levante se pone serio, cambia el sonido con un ronquido más severo, y naturalmente, los genes ocultos por algún lado se canalizan inmediatamente hacia el pie derecho con un deseo incontenible por acelerar.

El Levante tarda menos que un suspiro en reaccionar, y parece que quisiera mostrar hacia el olimpo el tridente que lleva en la parrilla frontal. Pero a pesar de ese poder, siempre se comporta con delicadeza.

Autolider llevó la convocatoria hacia la ex pista del CEPA, donde el organismo dictaba sus cursos de conducción avanzada. Es un circuito en muy buen estado, bastante trabado y mas bien corto. Por ello, no hay espacio suficiente como para que el Levante se muestre en toda su plenitud. Aún así, es sorprendente que con sus casi 5 mt. de largo y el peso que tiene, se comporte con una docilidad propia de un pequeño kart, pero con la más absoluta suavidad.

Asume las curvas casi sin inclinarse, frena rápidamente pero sin las clásicas zambullidas, y todo, dentro de un ambiente de lujo poco común.

Luego de un par de vueltas al circuito, bajamos pero con ganas de seguir girando. O de salir a la ruta.

Naturalmente y como se imaginarán, el nuevo Maserati Levante invita a manejar. Y al menos en mi caso, fue capaz de despertar algunos instintos ocultos.

Buenos días.

Luis Piedra Cueva