Si bien era un secreto a voces, recién esta semana el fabricante alemán concretó el anuncio oficial. A partir de una inversión de 600 millones de dólares, aplicados a la reestructuración de la planta de São José dos Pinhais, Paraná, Volkswagen comenzará su ofensiva dentro de uno de los segmentos de mayor crecimiento en la región, para competir con rivales de fuste tales como Renault Duster, Chevrolet Tracker, Peugeot 2008, Honda HR-V, Jeep Renegade y Nissan Kicks, entre otros.
El nuevo producto, llamado T-Cross, utilizará la plataforma modular MQB, compartida con Polo y Virtus, y estará basado en el T-Cross Breeze Concept, SUV convertible mostrado en el 2016 en el Salón de Ginebra.
Con el inicio de su fabricación, la planta paranaense de Volkswagen creará 700 nuevos puestos de trabajo directos y más de 4.000 indirectos a lo largo de toda la cadena productiva. T-Cross será entonces un producto brasileño que se exportará a todos los mercados de sudamérica donde la marca tiene presencia.
Todavía no se han informado más detalles acerca de mecánicas y equipamientos, pero a priori, se supone que apuntará hacia los modelos más altos del segmento. Las posibilidades de motorización podrían ser que las versiones base tengan el mismo 1.6 de 110 CV del Polo y las más caras el 1.4 TSI, con cajas manual o automática.
La fecha estimada de salida al mercado, está prevista para mediados de 2019, aunque hay serias posibilidades de que se concrete un avant premiere local, durante el próximo Salón del Automóvil de San Pablo, en octubre de este año.
Por otra parte, el fabricante adelantó alguna información relacionada con dos nuevos modelos dentro de los SUV, completando así una buena artillería para competir. Uno de ellos estaría por encima del T-Cross, y saldría de la planta argentina de Pacheco.
Mientras que el otro, construído sobre la base del up!, sería también brasileño pero compacto (CUV), posible sucesor del antiguo Taigun, que vimos hace algunos años en el mismo Salón paulista.
