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Nunca es tarde

Fabien Barthez defendía la portería de los “bleus”

Veinte años después del triunfo del 98, el portero del Mónaco, Manchester United o del Olympique de Marsella se alejó del fútbol para abrazar el automovilismo

09.07.2018 10:22

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2018-07-09T10:22:00-03:00
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Ha cambiado la portería por el volante, los estadios por los circuitos, los mundiales por las 24 horas de Le Mans.

A sus 46 años, Barthez está al frente de una escudería que fundó junto con el expiloto Olivier Panis, con la que compite en diversas carreras, entre otras, la mítica de resistencia que se celebra en su país.

El motor fue siempre un afición de Barthez, pero durante su carrera de futbolista no pasó de eso.

Tras un año difícil en Nantes, el jugador decidió poner fin en 2007 a un oficio que había comenzado de forma profesional 17 años antes en Toulouse.

Enseguida puso distancia con el fútbol y comenzó a correr varias competiciones de automóvil hasta que, en 2012, consiguió en Navarra (España) su primer triunfo.

Antes había vuelto a recobrar el contacto con el fútbol, como comentarista televisivo en el Mundial de 2010, antes de que fichara por la Federación de su país como miembro del cuerpo técnico de preparación de porteros, con Blanc como seleccionador.

En 2012, formó parte de la directiva de un pequeño club de los Pirineos franceses, el Luzenac FC, proyecto que abandonó en 2014.

A partir de ese momento, acabó el fútbol y los coches se convirtieron en su principal ocupación. Ese mismo año debutó en las 24 horas de Le Mans, donde a lo largo del tiempo su rostro se ha convertido en un clásico del circuito. Su primera carrera la hizo al volante de un Ferrari 458 Italia y, dos años más tarde, fundó su propia escudería con Panis.

El Team Panis-Barthez Competition, pone en carrera en la célebre prueba de resistencia un Ligier JS P2. Desde entonces, su nombre apenas aparece ligado al balón.

Recientemente recibía la visita en su escudería de Bixente Lizarazu para un reportaje televisivo, una oportunidad para que el ex-defensor comprobara que su amigo siente tal pasión por los automóviles que apenas queda espacio para el fútbol.

Agencia EFE